En esta serie investigo el color como mapa emocional de la diáspora caribeña.

La abstracción no es recurso estético, sino necesidad: un medio para atrapar lo irreductible de la memoria migrante.
Las formas aparecen y desaparecen como recuerdos que emergen y se hunden en un océano cromático.

No relato, solo soy canal: la intensidad del desplazamiento, la fragmentación y dislocación de la identidad, el vaivén constante entre orillas.
Fue mi primer encuentro con el expresionismo gestual, un intento de dar forma a lo informe: nostalgia, pérdida y persistencia.
Reflejos de un Caribe disperso, pero siempre presente.